martes, 28 de julio de 2015

Interludio intencionado, nada que ver con venderse, ni con mi ingenua lucha, de cuatro años y dos meses, de que la verdad sea suficiente, para lo que estan las entradas anteriores, las que importarían a un Tribunal Supremo si no les fuera suficiente lo que, mirando bien por favor, está en expediente, para simplemente lo Justo y solo en segundo plano para que no queden también, y para los restos, como los engañados.


Esto es solo una espinita clavada que me quito, una selección de poemillas a la contra, del poemario "Tierra a la contra de la civilización a la contra de poetas a la contra de los que dañan indefensos" exclusivamente publicado en honor a la Psicóloga del grupo Imelga que aun siendo personaje secundario, ha tenido más peso del ordinario, algo más del que el que le confiere ser la firmante del relevante informe psicosocial en cada proceso de familia, en este proceso de Guarda y Custodia "de pelicula", sobre mi hijo y sobre mi, y "de pelicula" gracias a su permeabilidad ante las mentiras de la parte contraria que tambien, como a su Señoria les hicieron en definitiva ir a la contra de los necesitados de proteccion y Justicia, Psicologa que si se atrevió a afirmar, cegada o ciega, que yo carecia de proyecto de futuro para mi hijo, que no respetaba esta figura "materna", no sé qué del colegio, la que creyó sin hacer el ejercicio suficiente a las dos niñas entrevistadas y testigos que dijeron exactamente lo contrario a lo que vivieron, la sinrazon y el dolor que durante 18 meses vivió mi hijo en su vida provisional del piso sito en c/xoana nogueira de Compoatela, piso donde solo era una adición insignificante la falta de contacto de mi hijo con la "madre", psicológa que afirmaba, sacando de contexto al extremo, que yo dije que "lo curaba de su locura" como un neohippie drogadicto de pobres teorias newage (a mi niño amado, que cuando le intentaba explcar tan suave como podía el porqué no podia quedarse de nuevo conmigo y debia volver a salir del piso de Bandeira para irse a ese piso donde su único consuelo, infructuoso, insuficiente, pobre, era la afinidad con la menor de las hermanas, (a la que más le enseñé tanto y la calma) pintaba rayando las paredes de una casa  con furia desmedida, lo que nombre para correr y poder seguir contando todo, como la "locura" producto de tanto golpe emocional), la que anotó el estado con falta de limpieza de una casa alquilada que yo presenté como domicilio de fines de semana para mi hijo cuando yo por elección personal decidí pernoctar en un vehiculo, y sin colchón a posta, (oh que exagerado) en la Rua Viena de Compostela, mientras cada dia veia caer más de dolor gratuito a mi niño que me seguia pediendo auxilio y yo al Juzgado, para risa de esta "madre", lo que es a todas luces incomprensible para cualquiera que no entienda o niegue el caso, o la perversión tras la "madre" más mentirosa de España, o no le importe ver a un hijo de ser lo más feliz a tan desgraciado y sufriente durante tantos meses, años, y por supuesto, y aqui la razón de mi pequeña bofetada literaria, la que se atrevió, exclusivamente por haber escuchado o leido que lo llamaba "mi poetita", a afirmar eso manido de que yo como padré quería suplir mis fracasos con él y hacer de él lo que no pude ser. (Machacarlo yo...) Pues veintitantos poemillas de las últimas veintitantas noches, sin demasiado esfuerzo o tiempo para volver a escribir con la profundidad, que es sinceridad necesaria, y habiendo fallado a mi promesa de no más poesía, pintura, literatura, música, etc, hasta que no cumpliera lo que le prometí y cada dia me pidió con todas sus maneras, lo que ha de pasar si hay Justicia y "de la buena" tras la Injisticia del Juzgado de Santiago de  Compostela, sin tiempo si, no como lo hice desde los siete años, atrevida irresponsable y dañina prepotente, lee algún dia de televisión en el servicio técnico, con calma, si no te puede el simbolismo y entre lineas ve, cuando menos donde está mi frustración de poeta:




1
Porque estas olas que nos buscan y encuentran por impura atracción, en este mar lleno de la cultura que viene del olvido, donde los hombres-pez habitan como castas a toda costa del miedo, que está en acelerada evaporación, y quienes de ellos, los no adaptados, lenguas sin boca, recurran a los que estamos en ello, los adaptables, moviendo solo sus aletas, resguardándose sin cabeza disparando, con un no se puede, no se debe, no te dejo, repitiendo el mensaje, hacen que lleguen a la orilla una y otra vez estas olas que nos buscan y encuentran por impura atracción, en este mar lleno de la cultura que viene del olvido, donde los hombres pez habitan como castas a toda costa del miedo, que está en acelerada evaporación, y quienes de ellos, los no adaptados, lenguas sin boca, recurran a los que estamos en ello, los adaptables, moviendo solo sus aletas, resguardándose sin cabeza disparando, con un no se puede no se debe no te dejo, repitiendo el mensaje, hacen que lleguen a la orilla una y otra vez estas olas que nos buscan y encuentran por impura atracción en este mar lleno de por ejemplo: "uno/ pasé hambre entre árboles y corriendo por asfaltos sin ti por no renunciar a ti encantadas veces, rocé nadas fecundas como corales, originales por entregadas, coloridos por desnudos, rechacé cada poema, cada dibujo, cada pensamiento que me invitara a descansar, todos lo que pudo mi cuerpo soportar, he sido poema, busqué a cada niño a mi paso, encontré a casi todos, viví sin más miedo aun, solecito sin protección lunar, abrí las puertas que llevan a la cerrada ventana, de cerrar el paso a cada jardín, rompí su cristal, contemplé a los demonios, me arrojé por la ventana para vivir entre ellos y los critiqué sin parar hasta hacerlos ingenuos naturales enemigos, por no decirte a-dios jamás, por recuperarte para el mundo bello, por una santa cabeza en el corazón, abandoné toda prudencia, a todo maestro en manos de otros y pudiendo mantener a muy pocos para colmo defendí a más entre y ante los mismos demonios, para poder andar hoy este camino, que es uno, y otro, para poder pronto darte entre cien millones de besos uno."



2
Si el piano ríe las respuestas que el tambor pregunta, mi placer decrece a caricias, mis reencuentros de tactos y frutas, el salvaje ying-yang cose, el alzarse y la indiferencia soez de los entierros de ciudad, el aire limpio en mis trazos nada retendría quedando, ni siempre ni nunca, como el interior de la luna, y ahora el del sol.
Me llevan los poetas por la pagana alegría de la siembra de un terreno, por la acompañada desmitificación de raíces a andar caminos, ve desierto adentro lejos de graves plazas grises de parlantes, fusiona adioses, así el dulce viento-cero de nuestro desierto.
No escucho avanzar la pieza escrita por ti, y tampoco la respiración de niños durmiendo tal contemplación en una sinfonía, la tienes dentro.
Debí dar a las ciudades para que sigan moviéndose, a las luces para que se esforzaran, pues lo siento renacer como el decrecimiento de nada, lo que no roza, y de nuevo los soeces impertérritos de desgracia.
Mis pensamientos son como pétalos y mis pinceles secos como raíces de tomatera tras un día de sol, de esos en que la nube y el viento bailan por diferentes zonas, como las dos piezas que de ti conozco, una tan pobre en sus desnudeces silvestres, su compás de castigo, la otra como las notas coloridas de un valle fértil, mi desamor para ninguna, mi desamor tan estrecho como pequeño un grano de arena de ese desierto.



3
Mañana contaré un cuento cuando no estés, la brisa llevará sus imágenes a la cima más alta, como cualquier salamandra cómplice de la belleza a través de las piedras del valle de los no avasallados. Antes mis células empezaran a desnutrirse con las jóvenes bondades, de pie mirando a tierra y su contacto con mis pies, repeliendo las suavidades de mi mente lúcida mientras la cima pareciera sólida como rascacielos de nueva construcción.
Así será como el día soleado se elevará sobre la perversa cara de ojos secos, y el valle liberándose de restos de oscuridad de las mentiras hasta concentrándose estas en un punto claro, antes el ruido próximo de un motor de un conductor sin consciencia, y la acera erosionándose, y la llanura aligerada como el cuento con una apagada unión que se abre con el fin del humo, y los seres vivos escapando de la moraleja, y el ruido de nuevo, y un modo en que nunca fue, nunca como antes fue...
¿Olvidaste las grandes copas verdes con forma de nada lejos de los postes del campo de girasoles, y una cocina de la realidad como filosofía, y la mudez de una fotografía junto a los padres mudos hasta hoy, y el sinsabor de las normas que volviste a experimentar después, y el corto y claro diseño de las calles cuando te atrapaba la rapidez de un gato escondiéndose, y el pensamiento que el cielo azul te dibujaba ante la mano de tu madre en tu mano, y las muertes, percibidas, de tantos aciertos comunes?
Esto es darle de comer chocolate a un ratón mientras llega mañana para llegar a ti con nuestro pasado aquí, un ratón de campo fiel a sus naturalezas.



4
Maldito sea el día claro, creador de metafísicas, maldito el verso colorido que evita la transmutación de todo pensamiento indagador en ser vivo, y el quieto fuego vacio de trinos, maldito sea el día claro y su veloz inasible desnudez, él es el destructor de un Memorándum, que es otro mundo, diáfano y de destino escrito donde los que no amamos no existen, en un sinsentido, el que este hombre puede no comprender, para olvidarnos de que toda apariencia se concentra en la luz casi cegadora y tiene sus concretos abismos recurribles, la comunidad anarquista del olvido, y como en machado, la falta de la idea de la fugacidad, es un camino señalado cuando la piedra y la palabra se separan años luz, y lo volátil aparece como los vivos entre sus equipajes, como el mensaje contrario al ruido del pacifismo de tal claridad de tal día que desanda con sus flores y lo que no es sólido, y nunca consolando sus sinsentidos, el reloj de arena de los golpes no percibidos que hacen regresar.
Ante él el fruto se mantiene y brilla, el lago es un espejo que luego desaparece, la materia se deshace hasta lo intangible, y los huesos de aquellos se separan para la huida de ojos abiertos y ventanas abiertas de sus mentiras, su herencia será tangencial en la tierra que no respira como el lago, el hombre y la mujer de la alegría se sientan serios en su tarde sin viento, dos trazos desde sus fósiles, y la lluvia vendrá y será detenida por tejados y aceras como los indignados o una muchedumbre de niños en la calle del barrio, que no oyen el silbido de la montaña y no creen que tanto sea el día claro, que no pasará, que mañana no lloverá, maldito sea el día claro su dulce mudez que conforma esencias, de las curvas del pacifismo, campesinos, y grietas de la tierra en el fondo del océano, por donde estas líneas salen, por donde tus ojos se hicieron para ser capaz de seguirlas.



5
Aquel sol será áfrica, que se solidificará por bordear las raíces lisas del niño más niño, más sabio, el no alcanzado por el latín. Quedará sobre toda todo continente de suaves perfiles de erosiones mínimas y libres, el polvo de un verso, el cielo raso en plano de cuatro dimensiones en geografías holográficas pintadas de color ceniza, otras nuevas leyendas sin cambiar fronteras ni actitudes, para que los ciudadanos no zozobren, con huesos metálicos por manos, y su visto volar se concentrará en zonas de aire limpio como aquel sol ardiendo sobre los acantilados.
La ulterior tecnología de un estado inexistente veloz se desplazará pared de acantilado arriba con ninguna melodía, y los sin nombre de la hierba fragmentos de aquel sol.
Luego los soles se recordarán como los cuentos bellos los no duales. Como la ceniza en otoño. Como el bien. Nada de lo que pareciera fluido será solamente esencia.
Haremos de velas, después, y bendeciremos todo desempeño, como bondadoso, dejaremos que los estáticos continúen pensando, en beneficio de todo.
Nuestra luz ira con nosotros, sin sorprender a los lentos seres vivos que correrán si pasamos, aquel sol, áfrica, no significará muerte para los niños sin llanto de la que la que fue babilonia, aunque no crecieran como individuos en lienzos libres en los pequeños bosques del poema y la sequedad dispersará sus grandes corazones y harán surcos en nuestra madre.
En la cercanía el abrazo nuevo enmudece sinfonías.
Pies descalzos y ceniza, individuos.
Puertas ligeras de besos que, no como las armaduras, se abren.



6
Las noches no cambian, la estrella más apagada vuelve y luego se va, descansada. Superando un ligero goce sentimental, olvidamos el mapa de la pálida dulce historia descendiendo el talud de una malvada cara de raíces inquietas, un libro sin puente entre capítulos, uno del que se suelta la desmemoria tranquila, y nunca antes ni después de lo salvaje, hoy por hoy lo sincero, no domesticado desde y para siempre, permanece, tranquila, para contarlo en otro casi imposible relato. Por esto y otras mentirijillas convenientemente armadas, somos etiquetados "animales sociales" siendo algo parecido. Y la osadía, hoy por hoy, tras una mejora se convirtió en quererlas todas.



7
Cerca de arboladas que respiran como poemas con la alegría del tiempo cero, (el verso diamante de la tierra) el placer del que regresa es no sentir su latido interpretado, el cuerpo sin fronteras de una semántica propia, un destruir  inalterado impermeable a lo común de los resúmenes, de su sequedad: Luz de luna bajo el lucernario, sobre la casa no dada, la del elegido por la sabiduría del viejo, un montañero de infusiones para la calma sobre jóvenes oscuridades, y un detalle, la verdad de áfrica no se puede hacer teatro.
Otro, en esta húmeda tierra con ruinas hay muchos ecos de lo que has desaprendido.
Desde temprano la palabra al viento se hizo irreal: yo digo al aire ríos, reuniones sin dioses, niños y animales, mujeres y hombres incluidos, fuego limpio. Y esto ya no es envidia que durante tanto sentimos, no nos sucede a nosotros, como a los poetas, vomitadores atentos, de ojos versus ojo que colorean lo contrario para otras mentes como prados de amapolas azules, como  carreteras por las que el transporte de un gran peso cura grande herida, por ser besos. Nos mantenemos ahora en esos que cuidan las claves primeras, como al sol del mediodía en el hola de una mujer enorme y sencilla desde un tú a tú tan melódico que pareciera el acantilado de Schubert. A la par tierras de demonios, bandejas de hojas de palma floridas ofreciendo semillas etéreas, un centro para la sugestión de los no creyentes en ruidos incubadores del virus-especie: pero pasaron días claros ínfimos, pequeños gigantes cantando como pájaros con plumas de secretos conformadas y la razón en la naturaleza madre acabó por abrazarnos y no nos suelta aun cuando abrimos nuevas cartas, a la luz de farolas en calles, de palabras que están suavizadas con talco para lo seco de planes y deseos.



8
Ni uno solo de tus sies o noes duermen en la verdad del pre cavernícola ni del de mañana, humanos sin climatología para el miedo, libre aquel liberto el otro, de mentiras, así sus lenguajes corporales, sus notas musicales.
Un segundo atómico, que fuera la  diferencia, esparce tus besos entre aseveraciones como extracción no invasiva, con bondad y deseo, de por ejemplo piedras en el riñón, que transmutan por ejemplo en florecientes a la luna sin tu olor, formas libres de  castigo y suertes, que te rellenan de gravedad desnudando tu frente de todo lo que seca ( no espero que lo que no digo inicie el purgatorio de las esencias, no lo esperes tú, que tantas veces inventaste un cuerpo y te tal manera cada esencia es opaca...
Si te encontré, (y te pierdo calzada, con tu ropa de calle, respondiendo a los asesinos por dormidos...) no debo de llamarte luz, la de un óleo susurrado sin reminiscencias de estilos pasados, con zapatas de luz bajo el silencio coloreado, sin perspectivas difíciles, sino mar, bases intrascendentes, y la sombra ni dentro ni fuera de tu destino atisbado, libre de circunloquios póstumos. ¿Todos los besos son comunes? como los del recuerdo? sinrazón del sabor.
Sin encararse y sin toxicidad de lo gigante (interrúmpeme!!) los inmortales abren sus seguros corazones, este paraíso es más que el agua de montaña en un día donde las flores duermen, con palabras atemporales entre tú y yo, no como lagunas del infierno, el grito sin libertad para el consuelo de dolor emocional de un niño.
No existen razones argumentales que dejen de recurrir a la alegría del presente y la valentía, son irreales como vientos, como las caretas de los vivos que no esperas cuando los asociales no muestran sus campos, aunque estés dejando de creer en las oscuras.
Yo medio-hago por volver a verte, más que medio, casi siempre, o siempre mejor, no lo he dicho. Parece más que definitivo al borde de tu renacimiento, ningún otro todo en ningún lugar, (salvo él) igual de amado. La valentía a lo concreto es distinto a renacer, placentero matiz sin brillo, la valentía circunstancial su propia circunstancia, solidificándose en cuerpos y tactos, como nuestro valor salvadas las distancias. No necesitamos un vértice, si un horizonte que funde y acabe con las palabras como habitantes del otro polo de la tierra, mientras lo concreto una, y seamos al soñar más de una luna.
Lo que no digo en tu compañía es que el valor de nuestra vida no está en las caretas que no amamos, el valor de nuestra vida, el de la mía..., y es por otra razón que no vemos en el palidecer de horas, días, siglos concretos, estrellas ni melodías que se elevan, ni la sonrisa ante la sonrisa de todo, sino sentido del no emocionarse por lo que pudiera venir amor.




9
En los comienzos de esta vida, hay un muro que van levantando, al otro lado hay un acantilado de luz por cuyo borde corre la asesina de la filosofía con pies de agua, no sé cuánto tiempo antes, un sonido, un hercio, abraza cuerpos, alinea uniforme y fugaz el silencio orgánico del desierto sin soles ni lunas, una imagen que en mi mente (y en la tuya?) nada empuja, a donde nos trajo una gran brújula desde ninguna isla, a esta línea.
No sé cuanto pasó hasta el "de la mano", cuando las palabras son transparentes, cuando el cambio no permanece, en el universo de las palabras de bosque llevadas  por el calor de la infancia,  cuando la mudez de la asesina de la filosofía donde aun la luz de la asesina de la filosofía queda detenida en el desierto sin albas ni ocasos, mañanas ni tardes.
La mayoría de los susurros al muro no portan el suficiente desencanto como para pedir odios a mentes que no salen de sus parques infantiles pero yerguen sus primeras armas de oscuridad.
En los comienzos una claridad más rápida que la de la asesina de la filosofía bajo la tierra se ensancha, por extensas áreas, fertilizando subsuelos y no nos encontramos con distintas dulzuras (corpóreas) en las mañanas de palabras transparentes, estemos en cualquier no-isla como en cualquier otra, y diferentes cimas o rascacielos restan peso a las sombrías presencias, sombreando a los brevemente desamados, que seguro hablan desde pronunciables dolores, ya que no hablar es cosa de eternos, ya que en los comienzos de cada vida hay un manantial o un muro sin color, y todas las veces finos tabiques quebradizos de una obligación a lo mediocre o mísero pasajero.
Las sombras que poseen ya no sombrean bajo la superficie de la tierra  o ante un caballo al alzarse y no hacen que vayamos a otro poema amantes del gris marengo.
Porque en los comienzos de la vida levantan un muro que no es imposible.




10
Repetidas palabras caen de cielo, las formas de sus acentos  no llegan a tierra, las rápidas y saltarinas y protectoras y huidizas y pacíficas y perseguidas escasean y se renuevan como respuestas, las lentas y ciegas y antiguas y sin corazón y que proliferan en torno a la descomposición de lo vivo, se mueven o no indiferentes hasta que los puños dejan de decir cuáles son, vienen desde donde viven no solo una discontinuidad sino también una sola estación, con historia, como entretenimiento que no interrumpe la paz.
Lo incivilizado es paciencia, una ausencia de las que se comen la madera y algo más y cada vez más lejos de las urbes de las distintas lenguas, con árboles que no señalan y silencios entre ruidos.
Desde donde vienen las más solitarias que andan con armadura y tenazas y paralelas a la eternidad de rimbaud, se envalentonan cuando no encuentran una luz y a veces p quizás siempre mueven la de otras solitarias. Una confianza luminosa a la acortada luz, y no lo admitimos, desde estas solitarias, es dejar de escribir mentira es dejar de ver al árbol o al viejo erguidos lejos de una limpia frase en el humano brillante por sincero, ni pozos de alguna clara, ni ligerezas no atrapadas, ni nuevas uniones, ni los claros aromas de la insurrección en el centro de corazón de flor de poemas que no aparentan nada.
Un prado y una comunidad sembrando aprendiendo y cantando sin escuchar los disparos con el aire limpio de islas naturales y el verso de una vida desde el cual se aviva el fuego, el espacio del hogar de aquellas solitarias cuando no están, lo acrónico inmaterial recién nacido traído por esta línea como la hierba de un lugar no vivido por nuestras posibilidades fortalecidas y concentradas en el pensamiento paraíso, y el sol girando en su contemplación como la vela cada noche de un amante cerca de la flor de la promesa, contra el desequilibrio y la injusticia. El amor es otra cosa.





11
Especies en este pobre sistema solar actual, arrancan raíces evitablemente. Corazones apátridas, ¿malo también lo contrario a la cruz?, anhelo de desposesión de todo plástico y encuentro de toda pérdida.
En sus andares, o caminos sin regular por los aparcamientos de muerte, van y van erguidos difíciles y frágiles, y en el comienzo de cada sentimiento repetido, mientras los depósitos no se desbordan con la ingravidez de los recuerdos de accidentes gratuitamente mortales, y la oscuridad de la noche rejuvenece antinatura de negro a gris, cuando otros suben por la línea-cortafuegos de tierra con rectitudes de simientes, y siempre en bunkers para el clima en los que la fealdad es posible, los estruendos ya descoloridos en las páginas del pensa-miento palidecen como disfraces de superhéroes.
Antes acaban los cimientos con suelos, los acreedores ubicados, el manantial de duros  poemas con residuos como heridas.
Crea (y no ayudo a ello) las regaderas de creativos sembradores entusiasmados en nuevo hogar, apagado solo por algún oxidado hierro que queda, no por los posos que ciegan del azúcar en su luminosidad inhabitable. Crea una pequeña tierra sin vecinos con cerraduras, (no tan pequeña como para no poder ser dibujada, con silvas con moras alineadas, con lugar para un sagrado llamado perro que no haga de portero, con más de una adaptación de alas improvisadas donde mecer mas creaciones, adaptaciones, improvisaciones) cuando pájaros sin nombre de la mañana comiencen a dejarse escuchar por el pacifismo que mueve y se mueve en dirección contraria al fin del verso, y abre tu mente como antes y después, sin el compás artificial de armas de otros y su complicado mañana.
Odian el sistema solar actual, queriendo algo más conscientes salir de él con un odio parecido, especies tan escasas como los idiomas de la bienvenida turística y las instrucciones de un dron, (y los fuertes limpios desde el sol entregando el goce de cierta autoestima y el amor) una civilización que el espacio conservará, como los brotes de alegría en infértiles tierras, desde que inicialmente su falsedad se viene iluminando hasta que aun tardíamente será recordada por todo ojo humano.





12
Lo mísero nunca acaba con el susurro "estaba ciego" tras los discontinuas líneas redentoras de autoayuda, que alisan y unen y la oscuridad con su mudez que se encoge en palabrería no puede callar: "Del hormigón-desierto que achica sus cuadriculas  en lo lleno, allí se van mis caballos: confort, miedo, insatisfacción y mentira". Previamente el cielo despejado es quietud de pies inmóviles, resecos, bajo un colérico y ligero océano. Y allí acaba la eternidad cuando los ciudadanos-calmos acunan del mismo modo y un tambor deja de retumbar en la sinrazón del mar sucio que desvela (existe tal silencio) pero ese no es el estancamiento de la ausencia de cosas, el que no tienen los tallos de las rosas erguidos como los conejos en alerta.
No estuve sobre la nieve clara, “estaba ciego", aquella luz que instantáneamente rechacé menguar como preví en su tristeza, su nunca prometido nombre en sus llanuras mansas, sin tiempo ni espacio que la mantuviera mortal y constante, con muchos pensamientos muertos acerca de nosotros, el intacto hormiguero de un terreno y el negro jinete que cayó por el alcantarillado, que callaba y se sentaba con el cansancio de sus caballos, un ayunar de lo estancado del lento orden, lo contrario al deleite de un escrito en un redicho grito de debilidad cuando entre riachuelos subterráneos de color un continente es dibujado con rapidez y todos temen responder cuál es el efecto del cielo despejado.
Que no se escriba: Nunca he ridiculizado a los asesinos de las noches claras




13
Acunando la ingratitud de otros en este envidioso averno colonizante, cerca del desencanto y el pacifismo en el espectáculo de la proximidad, mi dádiva, en bocado de ayuno, para la escasez de ciudades abandonadas en un país entonces floreciente, que destruyen no tan lejos de negras esclavas este poema, que desdibuja fríos océanos buceados cerca de la salud del no-poder.
Se concentra aquella de diferente manera, y se nos escapa cómo, a como lo hacen los niños limpios cuyos frutos no son islas llenas de personas de lacios pensamientos paseando sin dar vueltas a un pozo redondo, y profundo para el ojo adulto, gritándole al cielo azul, cuando este es calmado por l@s transformad@s en bell@s silbando su muerte para el cambio de identidad, la que conservaron dentro, realidad que es represión y condescendencia pero nunca a la vez.
Sí hay un hogar cuyos compañeros traigan sinceridades que susurren cuando son recuperadas, sí existe la enfermedad asfixiante, cerca de estas líneas, que me preocupa olvidar, la de amigos que no se han ido, y no hay dos maneras de despreocuparse en estas ciudades distinguibles donde el frio es tan toreable como el calor y las líneas se agitan en su calma extramuros.
No tomamos en cuenta los limpios pensamientos del suplicante niño limpio,  no escuchamos a l@s transformad@s en bell@s, sin colores como estaciones, sin nombres al aire en el centro del barrio bursátil con sombras, como los breves saludos protocolarios, como el disparo de una playa de arena que en cuestión de tiempo es atemporal por construida e inhabitable para el salvaje y que servirá para cansar a los que camino de su isla...
Ninguna escasez es menor que el detenerse en el centro de los pensamientos donde la inestable ciudad consigue contener pálidamente con su desordenada lengua artificial, con manchas como salas de colegio, la quietud de l@s transformad@s en bell@s silenciados, acunando la ingratitud de otros.





14
Ella no podía escuchar a los ciudadanos de cerca, y no fueron sus palabras las que no la llevaron al manantial que no nacía en la cima de la montaña, pero bebió de él. Esto es rezar, y los ciudadanos blancos eran más que su tatuaje del mañana en día de ausencia de miedo junto a los comprensivos y anónimos pensamientos de diego.
Su voz anda, atrayendo agua vayas como vayas cuando se para, tres mil o cuatro mil besos del signo del descanso y el fruto aquí, y los cuerdos silencios del ciudadano son como una tormenta solar de enmudecimientos en proceso puro, que van de puntillas por la acera gris y se mantienen y la luna no hace.
En la fría primera hora sin huecos un silencio circula la carretera, una hormiga hormigonea, y antes de las escarchas de la mortalidad se congela el cristal del retrovisor, del derecho, con una ráfaga de viento opuesto al color azul. Todo lo demás importa.
Manos suyas dividid las noches de mi presencia y elevadlas por encima del orgullo de la recompensa, la consabida suerte por no tener precio y poema preciado para todo olvido, para toda nota musical para toda inestabilidad de edificio edificado, y la rebelde mente no solo es de la empatía su compás, de besar en días soleados de respetos mutuos, como lento micromovimiento de voladizos que se mantienen con el infortunio de los que no se soportan, sin doblegarse como no lo hace el desobediente rayo a los enfoques verticales de tus latidos como soles, como premio dulce que no como insurrección antinatura.
Cerca ninguna casa donde con una herida era exactamente bienvenido, mientras secos  ciudadanos se van al centro conformándolo al no percibir si su voz no está.





15
Antes de la cura, la puerta del bosque se helaba de sueños que morían en tres días, al momento el recuerdo del aire limpio, desaprende, inmóvil, a no quedarte en todas partes como brisa, pero no porque tus visiones del mañana ni tus manos sean mañana los recursos de nuestra más grande responsabilidad.

No vayas donde lo nuevo en los diálogos se hiciera más difícil de disfrutar, hay un hijo al que dar la vida, hay animales a los que escuchar, vuelve a dejar fluir tu olvido para que no entiendas si los vivos obedecen la ajena libertad por encima de la anarquía de los escondidos en tierra, todos sus ausentes comportamientos les hacen indiferentes a un discurso que a todos no nos asusta respetar, y un adjetivo no les hará visibles, no donde mueren sin traspasar la norma atemporal ante el bosque verde.

Que difícil que nos amen y a algo más que allí haga honor a nuestros descansos.

Levántate de tus días en la primera sombra de anfitrión, no dejes que tus besos sin articular eleven sus motivos en nuestro cielo, que una bala rápida atraviesa la intención de un salvaje generoso.

Levántate mientras existan los ruidos vomitados sobre la tierra, no dejes que la roca del día repita los pilares de la tierra, no es esta la sombra-error, no es un matiz de un color mate alrededor del fuego, error si una fiesta renacentista de piedras, error si la mediocridad rechazada de la mentira que hiela junto a sequias autobiográficas, no las cuestas tan fatigosas como la búsqueda del bienestar, bienser, de nuestra  inolvidable responsabilidad, (la piel es la memoria) antes de que los niños y animales sean toda presencia y diferentes a trinos en valles del silencio.

Tras un pacto de tres comenzó la cura en dos según-dos.

(En agradecimiento a lo extraordinario de saber y querer salvar vidas, solo a cambio de salvar vidas, de Miguel cabello, Isaac, Anibal... desde la clinica veterinaria de Albolote, Granads)




16
No te quedes al borde del camino...
no te quedes bajo el techo sin estrellas, suelo de otros y jamás hierba, con su seco rocío, abre la boca de tu infancia, están los viles comiéndose lo que de ti son frutos y mapas y sueños capaces para los que aun nos esperan como aun amas, y no sientas más la luz en la ciudad desdibujando constantemente su amasijo interno de variopintos tonos de colores muertos; esencias distintas se separan, en vez de atraerse, en tal cercanía, después de que los altos legalistas de humo encarcelaran a la primera oveja negra, y las palabras comestibles del caos activaran sus sombras lejos de las difusas fisuras de un poderoso moribundo ángel caído.

Allí acaba el breve júbilo de luces naturales en la orilla del rio, después de que un extinto continente de piedras decolorantes ocultase al asesino y al torreón y a las inquietas navajas de los no vistos, reflejando las artificiales de los testamentos de la monumental y poderosa mentira griega, suavizando los estruendos de armas y acomodando la distancia creciente a los bosques.

No te quedes al borde del camino, en ningún momento la presencia, estar  presentable, vale la desdicha, que ya antes terminó con la afinidad, un punto sin mapa sin forma de nombrarlo, que la oscuridad se hace igual al pasar de largo por los mataderos, y los ríos se duermen y sus nombres no existen, o no tendrán una muerte igual, no la imaginada.

(No te quedes que el olvido será original en sus estancamientos, como los de...como se llamaba la mayor....? una era... y la otra... como era...?, como sucedió con nuestros  padres, y te está sucediendo)

Lo que una piedra calla o ama en su falta de abrazo, no seas tú, rodando hacia aquí desde la habitación de distintos juguetes, un punto sin el mapa con tesoro en el centro que es la célula madre de la continuidad de estos besos pretendiendo ser palabras, sin raíces invisibles bebiendo, y comiendo cada día, una densa reacción química sobre sus pavimentos, (los blancos se usan y no te toco), o la estrechez sin color para no mostrar más paraísos a flor de piel sobre grandes capas de hormigón cuyas luces no relatan su objetivo.
Pero si te quedas al borde del camino, no mientas al mentirte, no te salvas, no hay camino, o no te encuentres conmigo.

(Para ti mi metralla para el día en que quieras ser fusil y hada)




17
Recuerdo siempre que quiero, cada matiz de color de aquellos, estos, prados junto a ti, sin temblar ante la maravilla de lo vivo en cada estación, sin medallas, insignias, mercados con personas vendibles barato, y vacías, disimuladamente tristes, como enfermedades que se quieran esconder, como cada calle siempre vieja de líneas recién repintadas, sin sentarnos junto de su agua sucio, donde no se habla de la luna como en nuestro verano infancia con su finísima cima de color, donde nadie habla contigo como yo.
No estás junto a tu diego que por lo visto es hierba, un bosque de improvisaciones, una isla para desembarcar y otra para conquistar lo desconocido sabiendo tanto y tan poco, como erupción de volcán que enamora (me llamaste luz)  y en la ciudad la generosidad jactanciosa, con esfuerzo amor, de colorear calles, padres, miedos y normas. Yo muero cuanto hace falta antes de ti y de volver a ti. Nuestras risas calor, pintadas en óleo ninguno, viajando aun están en nuestro mundo sin paredes, el que no hay energía que lo destruya. Sin fecha aun, (tiempo cero), toda materia gira menos un centro y todo cambia en torno a su quietud, nuestras manos con piedras, las gigantescas miradas en la cercanía, lo sagrado por limpio paseándonos, al dos uno. Ningún disparo, ni su herida, ha asesinado nuestro amor-hogar, en él nuestra cordura, la cura. En intentarlo su locura. Mañana tantas vidas, al menos una orgia de renacimientos sin la domesticada enfermedad mirando y abonando términos-yunques sobre individuos-corazones, mañana sin  flores arrancadas ni plásticos, como en el bosque puerto de partida de cunas que concentra sus cosmos, sin todas las guerras ya vividas como preparación de nada.
Desde otro imposible punto de vista, por este bautizo hecho trizas y prosa poética, y por mi primera palabra: "Allí naceré yo, aquel será el mejor hogar-amor para vivir", que por el "todo o nada" llegará nuestro equilibrio en libertad.





18
Justo aquí a la orilla de un riachuelo que lleva desechos humanos e historias de humanos desechos, en monachil, no se busca el cenit claro a donde escaló el poema de mi muerte, lejos de las murallas solas por superadas, lejos de la fábrica de  requeteusadas risas, descoloridas encima por el beso de sangre de la historia del hombre, con besos de descampado, que son su escasez que salva, palidecen sumisos de pensamientos y vergüenzas, estas siempre van creciendo dentro, la vieja veneno con careta cosida con alambre de daño y ego para subsistir, la bruta que trepa y pisa para la que el amor es obedecer, la dueña rota solo de sí misma de hijos drogados que pasean niños en carritos, bajo los que el hielo se endurecía ayer con su ausencia de anárquica honestidad. Para el valle mas incivilizado, para la erradicación de la divina comedia, ellos, pues hubo tantas contradictorias y acotadas justificaciones que sus artimañas pudieron copiar que hasta es válida la de desconocer las huellas sobre la tierra mojada de la montaña en armonía con la bondad y el dejar injuriar de este hombre, no de los suyos, para que una mujer naciera para no conseguir ser liberada con un enlace sin anillo de verdadera entrega. Que si amigo mío E., no me perdones, por el mal de sus noches, no me perdones, agua con limón, y no me perdones, poemas sin versos de estimulación costumbrista, difíciles sin mirar como decrecen los besos que aquí se cuelan y la guerra sin canto del todo me suaviza porque cansa lejos de una alegría sin medida como aquella, para borrar los restos de la esencia de una muerta consolación saliendo de un alborozo poco común.
Si E. no hay placer continuo, hasta hoy no lo hubo, lo que debe equilibrar el conocimiento o la acción, o será milagro, no como en ella, que resistió el encuentro de un águila y por la ligereza de lo no construido en un grano de arena, un microcosmos, aun en torno a los apenas descritos. Y en el rumor de agua sobre estas notas de no-temor, aun húmedo, por los insensibles, notas de hombre que protejo tanto como la desprotejo a ella, ella rica indivisible por anulada o desdibujada, aun acariciada por el sol, castigadora de niños valientes, y hombre agricultor del prado bendito de la asolación de toda mentira. Y sigue sin bastar.






19
No veremos jamás besos que sin brillar calienten, no veremos sinceridades nómadas de impaciencia beneficiosas. Lo vi antes de que el duende llegara aquí. No produzco preguntas porque existe el equilibrio, y sonrisa dentro y lágrimas y muertes y renacimientos y resultado de los espacios del beso, fuera, antes.
Escribo, pude ver lo que no pasó y atisbar nuestro futuro, los besos que no brillan no calientan, y las sinceridades de adultos sin miedo (niños) no esperan por algo, para ser liberadas sin crear poder, y este duende no para serenar junto al rio, no como sueño dulce o pesadilla mientras no se recuerden las pieles. No veo antes de la primera sensación, si la indiferencia ante el vencido para sus ojos que no deja de ser él sin actuar, la nada de lo que no ha pasado, y las breves luces de cada mañana que no son las de mañana.
Por otros motivos no me veo mañana como un maldito reconocible, con nombre y opaco como un monumento, un sedentario pesado como un camino acotado entre raíces y cielos, uno oscuro, de voz continua sobre aceras barridas e incoloros signos de poderes caducos en sociedad lejos de puertas abiertas. (Se ha dado el primer robo en una isla escocesa)
Nada de esto que es nuestro fue mentira, con alegría, como si las nubes impidieran que sucediera de otra manera, como la montaña girando impedirá esta tarde al sol, que sucederá apagado y escaso en una rápida mañana, si pronto no nos tenemos.






20
Otros besos, no los que están aquí, que lleven azúcar y quietud, otras manos que porten lo incoloro, lo consabido, lo inoloro, serán menos que las salas de los debates donde se de la crítica de ellos, o que las simbiosis que se disimulan por ellos en las argumentaciones de los mortales. Estrechez u oscuridad.
La maldición pensada a gritos por los rascacielos que callan sus mentiras, los fundamentalistas erguidos por debajo de sus dueños, sus afirmaciones fuera de microcosmos palidecen desde que el hombre habla, del enfriamiento en el medio día de vías grises desde la ínfima responsabilidad de la primera ciudad nombrada. existe la caliente senda antes de la cueva abierta, los parkings de descerebrados aquí y hoy tan clarividentes, los sumideros acaban por apagar sus bocas, y para reavivar el pensamiento o la palabra sin objetivos, en lo deforme de cuando la razonabilidad es insignificante no imprime energía, las preguntas a viva voz de ciudadanos en torno a los residuos urbanos defienden la brevedad e intrascendencia de estos, sean virus, toxicidades, tala de bosques, parques infantiles, inquilinos asesinos desahuciados, suicidas antes que homeless, escuelas para el difícil silencio previo al fácil olvido de lo que cada niño lleva diferente dentro, aceptación de mentiras radiadas, televisadas, comercializadas,.. sin eco tras el cerco-condición del corazón, antes de pararte en la inviolable noche de cien por ciento de  humedad de todas las estaciones sin recitar anónimos al aire de los vivos que disminuyen, que siguen pudiendo contestar, desde la mente inquebrantable, desde todo latido, es decir lo que de antemano conocemos como partícula inferior de la tierra, una pequeña hectárea de amistad asexual común azul y sin necesidad de colorante ni océanos de ceguera, tribu diablesca migrando desde el sur que se ensancha desde continentes que se duermen, antes del placer que emane en las eternidades vivas después del ocaso. Apaga la pantalla.
Cualquier sol sin alas se mueve hacia las sombras que provoca como gigante de hierro de corazón diurno, y la mente se yergue ante la oscuridad de la planicie defendida de hormigón. ¿Lo que no vino a hacer cualquier hombre? Hacer pueblo en el estrecho y renovable barrio del comercio no acotado por lienzos vivos en blanco.





21
Es el corazón que no fue traicionado porque no se puede, el llano hiperión, las semillas comunes como teoremas cerrados soplando desde el agua limpia, corajes desde un prado de un ventrículo, los refrigeradores naturales y calmos donde quedan quietas corazonadas en ying o yang.
Existe el humano diurno al amanecer fuera del murmullo de adultos que no dejan de mentir, no dándose jamás un hermético anverso del sol de tintes espirituales de cal, fruto verdadero, suerte del trébol sin símbolo, universo bajo la piel sin enfermedad que pueda transmitirse ni consecuencias como disyuntivas insalvables, esto es otra cosa que la metafísica del paraíso, no lo que de confortable tiene el paraíso, el rudo silencio de corajes que cuidan de que no haya muro que circunde el corazón, tampoco pozos sin fondo de serenidad para entregar, la rápida duda para otros del acierto de dormirse junto a oscuridades extraordinarias, del no tomar té verde con medio limón sin azúcar  y no moverse constantemente empujados por el valor de lo olvidado.
Lo inadvertible del apoyo intelectual, la demanda de noches que no llegan para castigar a la ciega mayoría, lo vivo de la razón en la palabra cuando es hecha instrumento polifónico del que no tiene alas y no intenta conectar su melodía con ellos, que no lo intenta y sigue sin intentarlo en la húmeda orilla junto a las profundidades del océano, pues en ayeres y también en mañanas no necesita curar ni andar insurrecto por ese prado ventricular, con los brazos abiertos, bien alimentado, maravillado por vivir, la insurrección es algo social. Si, aquí abajo, evolucionan los genes de comunas sin armas, mamíferos descalzos sin reino que son príncipes, multitud de cuerpos por brillar pensando lentamente, multitud de cómicas herramientas en su pretensión, y aun más instrumentos hechos de palabras desde ese coraje-corazón, para un verso de ese humano sin alas que no lo intenta, que no está llamando, el de cualquier hermano:
   " (verso que dice que queda en blanco hasta que lo escribas tú)  "
Existe ese humano, mujer u hombre, y cada día existe más.





22
Como no es nuestra barca-relación para continentes de realidades donde  un silencioso gobernante olvida lo que decrece y hacia donde no nos dirigimos, sino un clarividente compositor de lógicos desiertos, no el aquí de un resecado hombre de trenza rubia y el allí de un ángel como compañera, que no pasaron, como mengua de dádivas y seguridades, imaginables, sino que aun son manos como luces de velas bajo montañas-techos, sobre pasados-vivos-lechos, y si no existiera la más mínima dispersión de lo sentido en desierto tan profundo, no de lo que revela el cielo inasible, y si se atestiguaran las conjunciones y las conjuntas victorias de sueños arraigados en una vida nueva, que es sentimiento nuevo, y sin necesidad de pros de dependes ni de contras, la intimidad no sería lo que revela nuestra piel. No somos como decía el vendedor borracho de verdades de esos que deliberadamente desperdician su vida. No hay consuelo para los inteligentes, ni falta que les hace a los llámense amantes, llámense indefensos, llámense niños.





23
Hoy aun fabulaciones sobre la maternidad, aun negros observadores y su proporcional distancia que es silencio según el desenlace y el grado del trasfondo, lo que antes de la industrializada revolución se conocía como honor, aun los carnívoros conservadores conversadores de si la carne si o la carne no,, sino mónadas, aun tantos los poemas, sino monedas, a cambio del alma del poeta, alma que un día se descubrirá  manantial químico no desecado de todo niño presionado por lo social en sociedad, alma anomalía. (escribir, no para gustar) Qué insignificantes aquellas profecías a la luna tan acertadas en la era de las grandes ciudades hoy capas de petróleo en subsuelos extraidas y por extraer. La tierra floreció,, sin embargo cabe preguntarse porque la mitad de los bosques aun existen, ¿antes germinó?, porque en las tóxicas cocinas donde sufren madres capaces de mentir para seguir mintiendo, con ciertas palabras y silencios y cientos de amores desterrados al pensamiento, mentiras como muletas a mantener limpias, no existe un hueco ya para sus ataúdes bajo los rectos techos de cal y arena, ay! el reforestado campo para cualquier bukoswki, ciudadano meta o deseo liberado de tanto paisano cosmopolita en expansión, y no deseosos de su pájaro azul,, ay! los niños de pisados quereres, (definición de antinatura, máximo pecado junto con la matanza animal para nutrirlos y enfermar llamado educacion para los que de creyentes van) ay! los lechos y timbres redentores, en las anatomías no evolucionadas para el suicidio se agitan las palabras para que los observadores a distancia hagan para dejar de serlo. Sus vidas están más lejos que los mamuts cuando no escuchan a la noche en su "ya no te espero", noche egoísta y escasa. No miran el mar adentro que humedece lunas, ninguna fuente de luz ninguna acción pues, si una película. De no imaginar su presencia no están, y sin embargo sus cuerpos como nuevos de tanto confortable hastío se levantarán al unísono dejando la verborreica acera gris del crecimiento, y habitarán sutilezas iridiscentes para el ojo descubierto cuando el primer obispo de tantos obispos defensores de la paz de sus micromundos, paz a fuerza de asedios, sea camicace contra las vallas fronterizas o proteja el mar de los residuos de sus iglesias y las fuentes de luz no volverán a ser equívocas por inasibles en las coyunturas del tiempo donde nazcan las bondades para no necesitar la tierra que se queden, antes del desgarro de un desaire de la especie tras el cual nadie habitará más que abierto. Hablo de la palabra no dicha, del movimiento milimétrico de los labios de la diosa fortuna torturada que no se atreve a besar la malvada cara bajo una casi inamovible  estanqueidad de trinchera, del porvenir cercano, de tanta vida, antes del hielo tras el deshielo, allí los comprometidos desharan los hoy llamados amores con versos largos y negros, cuando nadie suplicará otros llenos de suavidades para que así nadie pudiera dejar de vivir suave, como escaleras de agua para múltiples paraísos, paraísos concretos en cada sano tiempo. Sin embargo hoy aun se roba a los corazones de cualquiera que reniegue del "todo para ti", de cualquiera que sea el "nada quiero", se ensordecen las vivas estancias del silencio platónico, mientras se imponen nudos dorados contra los ríos y los pensamientos, doses y bosques, e historias petrificantes mueren por fin en cada no hay dios sin cansancio, sin secretos, sin dinero, sin asesinatos, sin sequía, sin separación de los en-amor-a-dos, sin a-dios-es.





24
Una roca en movimiento con un poquito de agua con un poquito de vida en donde nuestro inmenso amor que bajo ninguna circunstancia dejó de expandirse, ni morir dulcemente, amor por ti, amor por mí, no rendición entre armaduras, lucidez de "hogar dos en naturaleza o nada" por ti, sobre la homogénea y ancha por repetitiva muchedumbre que escupe a la verdad del enamorado, la que habita en el niño amado entre tantos vivos, sino todos, desamores, que escupe y asesta con dulces de colores, justificaciones como océanos huecos incoloros y analfabetos aun letrados, y justo aquí la paz muriendo por la paz, y las síntesis del que ve desde cualquier futuro, a partir de un antes que fue el olor de las flores del renacimiento y un después de los años de preparación hasta el padre nopadre, cuando los anónimos sin brillo en el centro de la máquina aun pueden, en estas estoy. Tu silencio no viaja entre arboladas, acariciando las ramas cuando no aparece la pequeña hormiga trasladando una migaja que siempre fue necesidad de indagar y viajar y asombrarse nuestro amor, amor.




25
Estos besos que no te doy sueltan peces de sus cebos o no quieren ser dados en destinos negros, yo, el no cazado no cazador, el alumno-maestro de la verdad de lo nuevo como salida, el destructor de la psicología para la subsistencia o progreso, que lo mismo es, del individuo frente a la masa, y el anómalo latido para la fresca antipoesía, hierba verde y esos años de preparación para sorpresa de otros, en un prado:
           lo siento amor mío, lo presiento, vida para lo muerto erosionado que hasta nuestra tierra llegó, agua en desierto fuimos, no hay manera de dejar de serlo, el latido mas nuevo, el viejo, más que las flores que hoy abren y que las líneas como canales de lo no asociado hasta aquí, compartiremos, de nuevo, y los vestidos cuerpos de asesinos encubiertos para su deriva desde su lengua del corazón arrancada por ellos, que versos humedeciéndose en ese prado aun provisto de agua limpia, o la invento, nos esperan.

 Que no son estos su puerto, ni nuestra vida la de poetas no compartida, no permanecen como auténticos los besos entre sies y noes y opuestos y sus peinados, útiles del desecho, lobos sin horizonte o tabicados de por vida si la vida no impone antes su grito por ambos, amistades con intimidades que solo se viven disociadas, y se elevan, solo en el mar del sueño o pesadilla, y nuestro hogar, el de los amantes todo lo avasallado que quieran los necios y las conversaciones de niños del amor ya viviéndonos como una brisa de la que saben las águilas.

No me hace falta subir más al centro-cima para acabar con esto, amor mío, con un último beso de los que te doy sin darte, llegaré a ti, con el siempre nuevo mapa, en la distinta adaptación, y nuestras manos unidas, y nuestros ojos mirando el mismo detalle vivo, porciones del todo y  todo. No entenderé más el presente que se cierra, y nada me seguirá sin doler, no seré más la consecuencia del pincel quieto en un plan solar, para no ser protagonista de una historia más pequeña que nosotros, ni el desierto ni la luna sin ti, hombre en fin hecho poema y poema que continúa en el aire...





26
Avanzar como guepardos estirando sus indignamente castigados músculos tras cicatrizaciones serenas, desenvolverse como una página de aire para poemas nutrientes de raíces de no sé qué árbol, o raíces de no sé qué hombre, atrapar los candados lanzados por los residentes conformes de los sumideros ni por primera ni por última vez, cuando en cualquier mundo paralelo ninguna venta o compra del amor esta tan lejos como nuestro bosque anarquista y sano y sabio, y esto no puede ser la única causa de la libertad, libertad que es, o está implícita en, la comunión de los hombres sin matar para no matar. ¿Utopía de especie en extinción? no. Salta de color ante lo gris corazón, estés donde y rodeado de quien estés, endereza tu columna nueva a la luz de una luna, en lo dulce de tal locura que se abre con sus latidos libres, de receptores con armadura y espada y escudo y palabra amor de esta sociedad sucia y destructora y su cordura, anida el sentido. No temas más, lo máximo, la esencia, es ser semilla diferente, para hoy y mañana, entre tanta mala hierba, se den buenos prados para risa de niños con seguridad sin nosotros. Las falsas razones de argumentos que frente a abismos se detienen, culturas y religiones, son la bendición para hermanos represores que van hacia una imagen de si ya encontrada, amor es lo que no vive en ellos sin sus nombres, y la colaboración sin mácula con los que lo compran y lo venden y su recuerdo en un cajón del hogar demolido de la infancia que ni se crea ni se destruye, y sus zapatos con brillo, la consecuencia, la mala hierba existente para lo existente, niños gritando de dolor, otros deseándolo y los pocos felices respetados maestros creciéndose. Los que no extraemos rarezas del pensamiento para subsistir en comunión con la masacre de estos tiempos componemos para que otros expresen el aire limpio en sus horizontes vivos, y sin embargo los policías de toda corporación siempre vecinal solo se esconden ante los reales manantiales, y los asesinos consumistas que consumen para no salirse, arbitrarios como extranjeros de sus campos, no son precisamente responsables, sino lo contrario, responsables ciudadanos, y las palabras hechas caricias y los hechos a la contra no son disparos y manchas para los cuerpos de limpios vestidos, por mucho que de poder y muerte puedan en sus minifundios. Lo que no pido para llegar al bosque es un bosque con sombras de luna y salud compartida. No pido un bosque y nada más, que ya estuviera aquí, aun dentro de mí para que me abarque todo y rompa mis limites, y para la idea, viva o tan encerrada que parece muerta, común a todos de lo que el mundo debiera ser ya aquí, un bosque. Viviremos allí de una sola manera, yo desandando desde que nací salvo en una noche de mi adolescencia, otros parándose más, a fuerza de dar saltos de color el corazón. Recordaremos cómo durante lo gris sin movimiento, la conciencia se apagaba a otro ritmo que las palabras, las palmas de las manos quietas separadas, y la mente reteniendo su amplitud frente a fechas o leyes, precauciones o miedos. Debemos ir, como el corazón saltando, fuera de cada pro de cada contra, y de las criticas y alabanzas que nada impiden a los ojos si siguen mirando al frente y por encima de nuestros pesos, posos, pasos, ir sin clamar desgracias endulzadas por nada de lo que un destino quitó antes de que la piedra más pesada levite frente a una sonrisa diferente a todas, de la que sabe cada brinco, para llegar a ella y a nosotros.





27
Lo que no es ella en ella se distancia del día de todas las caretas que son viables cuando ella no está pensando en obtención de comida ni tampoco comiendo. Y la ausencia de palabras sin tiempo promueve la quietud de los intactos pies en ese fin del teatro que espera como bajo tierra, que no fue el abandono de una careta diferente, la de una muerte, lo que le hizo falta para seguir adelante.

Los valles, los sueños, los desiertos, y tambien la piscina de barrio y tambien las plazas de psicóatas torturadores de seres más sabios, y bellos, y necesarios, y amables, y fuertes que nosotros y tambien los cuentos, palidecen ante silencios clarividentes.

Lo que no es ella en ella, la que será un gran espiritu negro sereno sin busquedas de desequilibrios, no ha calmado su amor, cuando una de sus grandes virtudes será no recordar como transfomar el gran desierto de sus pechos, ojos, útero, estómago, y de todo lo que no serán sus manos.

Endereza los pasos que no dejas de dar, cuando no estás tragando ni diciendote: "no olvido como es sobrevivir entre golpes, no". No como ir a la contra de un tercer o quinto o primer piso en cualquier noche seca de dulces y nuevas curas, sin plantas intentando arrojarse por la ventana, sin blancas seducciones, sin vacunas para las obreras del renacimiento cuando ya se siente del niño lo muerto, ni luz de velas sobre la gruesa biografia de tapa opaca que lo que no es ella en ella más de una vez escondió del deseamor.

Besos olvidados, no los llenos, serios pensamientos, que lo que no es ella en ella olvida con desencanto desde el ayer, no los llenos.

El antiteatro y su mudez renacentista ante la insultante indiferencia del asfalto, y acto seguido la que no come ni piensa en la obtencion de comida se distancia como una nota subversiva sin buscar desequilibrios a base de olvidos.

Lo que no es ella en ella olvida el llanto y en otro momento el ángel de lo que no es él en él se apaga antes de las alas con sus versos como vientos gélidos que van disminuyendo, sin significar que el bien ya llegó.

Con la certeza de que el último tigre libre lucha por un primero, los mares no serán menos azules entonces, no se llenarán de bocas desencantadas los edificios, sin olvidar como sobrevivir entre golpes.La polución la radiación el virus se cuela por la ventana del piso, del tercero del quinto del primero y sus pechos ojos útero y estómago y todo lo que no son sus manos la cierran, y lo que no es él en él no fija su mirada en lo que no es ella en ella, en busqueda, y grita "tú no eres tú en ella!" y acto seguido una pequeña nota manchada de negro por una sola palabra se desliza bajo una silla constantemente protegida del polvo, como no estará cuando lo que no es ella en ella sea para siempre solo su peso y asi desaparezca para la desaparición de lo que no es él en él.




28
La insensibilidad del juez subordinado al gobernante instrumentalizado por los mercados en el fresco de la mañana, un escalofrio que no agudiza los sentidos de los lobos, que no hace darle al niño libertad de actuar a la luna protegido más que por dos, cuando atreverse mano con mano es un abismo o primer motivo de desconfianza y detención, cuando dos edificios, cada uno en pais y cultura que parecieran distintos levantan la misma antena en clara intención y sombra dan a los mismos indigentes engañados con historia y sentimientos que con total seguridad fueron asesinos indirectos de tanto ser vivo, mientras hombres y mujeres jóvenes y sobrios se levantan bajo cielos nuevos, no tan despiertos como para dar a todas luves compasión, y los viejos no tienen esos ojos de amor que habla, que dice "detente", ni "sal de aqui".

Todos los silencios hacia el desierto van, porque alli caben y el pasado se suicida;

No estabamos preparados para aquello y siempre algo nos roza y las altas cimas no son tan altas y callan: "tambien en la pequeña piedra que no mueve tu inmovil cuerpo, aquí está casi todo"

Casi todo es el camino de hierba con sus ensanchadas luces y los sinceros hablando sin parar como frutos, y asi es lógico que no entiendan como las montañas cercanas a la rancia ciudad de los rancios que aplastan son casi todo comparadas con su fria y negra plenitud, o con los bancos cubiertos de espejos con aire acondicionado, o con adaptados que vivieron desde generaciones atrás de las sobras llorando en manifestaciones para seguir siendo lo mismo o algo menos explotados, para seguir contribuyendo "porfavor, por derecho" a estados que arrasan bosques y bombardean sobre cuerpos niños y tambien sobre sus sueños, para defender la misma mísera educación, por estar aun debajo de los santos inquisidores.

Casi todo está lejos del niño tigre, comparado con el fatigoso caminar de tus pies sobre la acera de palabras como clavos, gracias a la fusión de lo aparentemente ligero con lo que parece pesado. Es lógico que no entiendan una mierda, una bella hez y las moscas que acuden permitiendo amor en un prado sin màquina ni miedo, causa y efecto, y viceversa, y para salirse no el amor, sino la verdad, el verso y el universo, la luna y cuantas manos a una.

Es algo más que tu imaginación la que a medio camino equilibra al amanecer mental, en esos inacotables fractales espaciales del llamado tiempo, el sabor del asombro cuando el pensamiento nuevo y cualquier otra ligereza, son mucho más jovenes que toda parte de tu cuerpo, no que tus manos, manos que no escriben con sangre: "Aqui se da casi todo, y es esta totalidad de aqui lo que hace cualquier logro pequeño, posible."
Lo que escribirian tus viejas manos...





29
Amor en derredor al amor, pequeñas caricias de decadencia, o desencanto, no sé bien, son alfombras para los negros edificadores que listos y tristes, victimas y verdugos, defienden las solidas mentiras como mejor sistema de cimentación, y en la superficie está el grito empobrecido, y como dulces haikus para la mente universal, sumatoria de las de todo ser orgànico, cuando andamos, o nos recorremos, no sé bien, somos como sedentarios en el centro de cada urbe de hormigon coloreado y nubes se mueven sobre el castigo que un gran barco de acero hace siglos encayandose con diez timoneles a la vez y sin timón nos regaló, esto donde las flores, cualquier flor, son ya notas musicales para cualquier falsa sinfonía de un siempre próximo renacimiento, si es anunciado, para ser abrazado un dia en la imaginación, cuando se sabe desde cada célula que el renacer de la ciudad no será, ni el nuestro en ella.

Amor en derredor a nuestro amor, los aparcamientos subterraneos de los centros comerciales son la máxima distancia de los sueños de lo que pudo y podría ser, oh la jerarquia en la cual nacimos, y no quiero ver desde el buen punto de fuga, rodeado de vidas, si no miras conmigo, pues la circundante antinatura es benigna en su fealdad y dejó de ser amasijo de rarezas.

Que desde muchos lugares a favor del bruto ennegrecido defensor de los edificios de malvada fachada, mortales apagan verdades que incendian, con monedas de la suerte, con continuidad, antes y despues de que el confiable camicace justiciero sea sigmificante para lo que no tiene tiempo.

Amor las autovias mantienen al pueblo pisado, los traficantes vienen y van por necesidad de no haber amado, y los amigos, y los músicos y los transformadores de la realidad tambien. Las desinformaciones no son para un regenerarse individual ni común, no como melodias de un solista de besos enormes para un ciclón que lleve mil razones vociferantes en eapecializada implosión a un "podemos!" sin brillo.

Amor lo que nos rodea no mira, eran suyas aquellas cosas que di sin pensar, bien recibidas, y otros hijos del mismo tiempo pedirán prestado a los padres de esto cada tristeza que no les dieron, si es que las palabras de estos pensamientos son vertiginosamente rejuvenecidas, contrastadas, los seres vivos sin dias festivos protegidos, futuro, y las raices de este árbol tuyo dándose contra la malvada fachada del edificio de los edificadores justas, sabias.

Amor es dificil y sencillo, no dejé que nada de esto que nos rodea me rozara para poder llamarte, pensarte, nombrarte, decirte, esperarte, defenderte, recompensarte y vivirte amor






No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cualquier pregunta o respuesta a las mias es bienvenida y necesaria, cualquiera.