jueves, 12 de abril de 2012

justicia o desobediencia





¿ qué harías tú ?

Ésta no es una pregunta retórica en un ejercicio de marketing al uso, sino que seas quién seas, si das con la solución que busco desde hace casi un año, si sabes ayudarme o si tienes una respuesta positiva, te ruego me hagas saber, con un comentario virtual, por si a las opciones que barajo le falta definitivamente la tuya.
Éste no es el testimonio de las vivencias de un “papá”, pues no he hecho ni hago de tal, un “papá”que luchara por el presente y el futuro de un hijo y que lo hiciera público por desahogarse o por ayudar a que se lograra, describiendo una subjetiva realidad, su objetivo en un juicio principal de guarda y custodia, ( por ejemplo custodia compartida, que está de moda ), cómo un caso más, para poder darle un limitado amor dentro de lo permitido por la corriente social, gobernada por un poder mas anarquista que nunca en el mantenimiento de unas normas, que aunque fijas, tienden progresivamente hacia una necedad mayor, a una mayor distancia que las separa de la realidad, mas cambiante que nunca, de las personas que la pueblan, amor que en su aceptación limita el futuro de cualquier niño.
No, ni soy ese “papá”, ( mucho menos el que bebió cerveza, le gustó el fútbol y soñó con infidelidades teniendo una mujer a la que hoy, por conflicto emocional, usa al hijo común como arma arrojadiza ) ni ésta es una querencia de guarda y custodia convencional, pues prácticamente todos los factores que aquí intervienen, seres humanos sobre todo, y las reacciones de éstos, no son lo habitual.
y antes de hacer un ademán al respecto solo te invito a que leas, si tienes tiempo y no “echan tu programa preferido”.

Así, los individuos directamente implicados, ( niño, hermanas, madre, abuelos, amistades,..abogados, miembros de organismos oficiales dentro y fuera de la jurisprudencia y yo mismo ), y los implicados a distancia, (resto de familia, personas influyentes dentro de la localidad y por omisión, y hasta polis corruptos y perdidos traficantes en la sombra..) los que hubieran podido no han tenido esa mínima sensibilidad que se entendería como normal, ni la inteligencia, desde la matemática hasta la emocional, o siquiera el mínimo gesto de retractarse cuando queda claro que la proyección hacia un futuro de la misma situación o comportamiento solo va a agravar las negativas repercusiones, injustificables ya solo por gratuitas, y sobre todo castigo de libro sobre un niño de un año para hacer daño a un hombre de treinta y siete.

Como tampoco es del todo normal lo que les mueve o a qué obedecen, la mujer que hace de madre y las compañías a las que se subordina, ésto si, ligeramente comprensible dentro de una sociedad en caída libre, y encima con la idiosincrasia de una localidad enferma, Santiago de Compostela, enferma con algún motivo mas que el otra ciudad cualquiera, ( ¿cuando dejó de ser aldea? Hasta cuando el foco solo el turismo? Porqué teniendo tantas posibilidades? ) y que enclavada en una región, o país, mas afortunado que bien tratado, ha tenido, y tiene, un peso específico en mis circunstancias que no debiera tener, lo que sumado a un rasgo concreto de mi personalidad, que quiero dejar claro y espero que solo una vez, han hecho posible el porqué de que la realidad sea cual es hoy. Soy en toda ocasión y también cuando aparece la posibilidad de no serlo, bueno, de manera extrema bueno, ( suma de sinceridad mas generosidad ) o que, tercamente nunca tuve pensamientos tan pobres como los encaminados a hacer uso de las maldades necesarias para habitar sin dificultades ésta sociedad en las que he vivimos, ni siquiera por defenderme, así la historia vivida en relación con una aldea peculiar sita en las proximidades de Santiago, peculiar por estar llena de integrantes peculiares, a la que volveré mas adelante, aldea y sus ramificaciones que aunque relacionada con nuestro presente de hoy, no es en definitiva más que un porqué, que espero no va a hacer falta demostrar, ya que son los hechos totalmente injustos, y dados como normales, los que me hacen querer arrojar luz con toda la presión que pueda, hasta convertirlos en intolerables, y para que, los que supongo que tienen la oportunidad y el poder, acaben con ésta sinrazón, y hasta intenten recomponer el daño producido por tales hechos, con la necesaria revisión del caso, con las evidencias y pruebas de tales injusticias y la seguridad de que soy precisamente el bueno al que hay que dejar hacer en su objetivo, que no es más que el de ayudar a que se limpien de los golpes vividos unas niñas que son mas que unas sobrinas y un niño que es mas que mi propio hijo, y evitar mas caos emocional en un futuro, cuyas consecuencias son solo enfermedad y dolor.
Sin esa bondad hubiera evitado los gritos, los llantos, la enfermedad y el descreimiento que crea patologías, visto a diario en el niño que amo, y con mucha menos frecuencia, ( por prohibición explícita de su madre ante el deseo de ambas y mio ) en dos niñas mas sutilmente pero también maltratadas.
Tengo que dar las gracias a todos los que han visto y están viendo, o se han atrevido a ver, y me han apoyado, cuando menos ética o moralmente, y siguen haciéndolo, ante éste atropello del abuso de una mujer que, perdida en sus razones y en las de otros, no hace mas que daño, y las gracias sin duda a los que me han ayudado en el enorme giro económico que he tenido que hacer para llegar hasta aquí, y con sus propios recursos, desde dueños de mas de una tienda de alimentación, constantes amigos con la confianza del préstamo del maldito dinero, y hasta conocidos que ven en mi causa algo más que necesidad o valentía, que me conocieron en los diferentes barrios en los que he vivido en compostela y mi implicación con las niñas y posteriormente con el mas pequeño, y también a los propietarios del la residencia actual por su entendimiento y la flexibilidad, residencia que necesité para no rendirme y por no abandonar mas de cuanto me lo impuso la ley, hace ya ocho meses, y hasta el dictamen definitivo de la justicia, a un niño que te aseguro, y te lo creerás, es solo bien amado por mi.

1 comentario:

  1. ¿No da qué pensar en qué clase de sociedad nos convertimos cuando ya no queda tiempo para cuidar de nuestros hijos, (o el tiempo que nos sobra está degradado ), que entregamos su educación a la televisión, su ocio a Disney, su alimentación a Nestlé y su futuro al BBVA? Los niños reclaman un tiempo que obliga a replantearse la vida, a reservar un lugar concebido para el niño en un mundo ya endurecido, y covertimos ese lugar en un compartimento estanco entre la infantilidad y el terror. ¿Hay hueco todavía para no caer en el desánimo, para personas que luchan por los niños?

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